jueves, 8 de septiembre de 2011

Tejidos Conectivos: La Sangre


Características generales.

La sangre es un tejido conectivo donde la matriz extracelular es líquida. Constituye el principal sistema de transporte de sustancias dentro del organismo: nutrientes, desechos, oxígeno, dióxido de carbono, etc. Además, es el principal sistema de defensa del organismo. Supone un elemento de comunicación corporal (por ella viajan multitud de hormonas) Y se encarga de mantener la temperatura corporal (se trata de un líquido a una temperatura elevada, que recorre el cuerpo).

Supone alrededor de entre el 6 % y el 8 % del peso total de nuestro organismo. Es un líquido viscoso de color rojo y con un pH de alrededor de 7,4.

Es un tejido constituido por una fracción líquida y una fracción sólida, que recorre nuestro cuerpo encerrado en el sistema circulatorio.

Analicemos estas dos fases o fracciones en la sangre:
  • Fase líquida: constituida por el plasma o suero, un líquido complejo e color amarillento. Supone alrededor del 55 % del peso de la sangre.
  • Fase sólida: constituida por las células o elementos formes de la sangre. Supone alrededor del 45 % del peso de la sangre.

Fase líquida de la sangre: plasma.

La mayor parte de este líquido amarillento denominado plasma es agua, concretamente alrededor del 91%. El 9% restante son solutos, la mayor parte, alrededor del 7 %, son proteínas.

La proteína plasmática más abundante es la albúmina, encargada de mantener la presión osmótica de la sangre y transportar algunas sustancias, sobre todo esteroides. Otra proteína abundante es el fibrinógeno, precursor de la fibrina, encargada del proceso de coagulación de la sangre.

Además, en el plasma se encuentran disueltos otros componentes: glúcidos (como la glucosa, a concentración casi constante de alrededor de 100mg por mililitro), lípidos (existe un sistema de transporte de lípidos mediado por apolipoproteínas), nutrientes, creatina, bilirrubina, vitaminas, hormonas (hay gran variedad, a concentraciones muy bajas, pudiendo ir libres o transportadas por proteínas transportadoras), sustancias de desecho (como la urea, el ácido úrico, etc.), gases (como el oxígeno, aunque la mayor parte de este es transportado por los eritrocitos, y el dióxido de carbono) y electrolitos, como Na+, K+, Ca2+, Mg2+, Cl-, PO43-, HCO3-, SO32-, etc.

Fase sólida de la sangre: elementos formes.
Introducción.

Los elementos formes pueden dividirse en tres grandes grupos: eritrocitos (glóbulos rojos), leucocitos (glóbulos blancos) y trombocitos (plaquetas).

Eritrocitos.

Sangre (M.E. barrido).
Los eritrocitos o glóbulos rojos son las células más abundantes de la sangre con mucha diferencia: suponen más del 99 % del total, con alrededor de 5 millones de eritrocitos por milímetro cúbico.
Se trata de células aplanadas, con forma de disco bicóncavo, carentes de núcleo y repletas de una proteína denominada hemoglobina. La hemoglobina es una proteína globular, constituido por cuatro subunidades y en cuyo centro activo encontramos un grupo hemo, una molécula orgánica que posee hierro en su zona central. Este grupo hemo es el encargado de unirse al oxígeno, ya que la hemoglobina es la encargada de transportar hierro. Y esa es la función fundamental de los eritrocitos: transportar oxígeno por la sangre.

Por lo demás, el eritrocito carece de núcleo y orgánulos membranosos internos, se mantiene gracias al metabolismo anaeróbico (ya que carece de mitocondrias) y de esta forma no consume el oxígeno que transporta.

Esquema de un eritrocito.
La morfología tan particular del eritrocito, la forma de disco bicóncavo mantenida por el citoesqueleto, le permite desplazarse por los vasos sanguíneos más finos  y los recovecos más angostos torsionándose sin obstruirlos ni detener el flujo de sangre.

Esquema de la Hemoglobina.
La hemoglobina que contienen los eritrocitos supone entre 14 y 20 gramos por cada 100 mililitros de sangre. Cada molécula de hemoglobina está constituida por cuatro subunidades con un grupo hemo cada uno, es decir, con cuatro moléculas de hierro (las cuatro subunidades no son idénticas, sino iguales dos a dos, con dos subunidades α y dos subunidades β.
Hemoglobina

Grupo hemo.














Como los hematíes no tienen orgánulos y  no puede repararse, su vida media es muy corta, unos 120 días. Son eliminados por macrófagos del bazo o del hígado, que los fagocitan. El grupo hemo se recicla, el hierro se acumula en forma de ferritina y el resto constituirá la bilirrubina. Deben ser recicladas en el hígado.

Los hematíes deben ser repuestos, ya que si disminuyese la cantidad de estos se vería comprometido el transporte de oxígeno. La alteración en el número de eritrocitos se denomina anemia y causa fatiga, calambres o estados anímicos depresivos.

Leucocitos.

Eritrocito y Leucocito.
Son células nucleadas y que no contienen hemoglobina. Participan en los procesos de defensa del organismo y pueden dividirse en varios tipos:

  • Granulocitos.

Son leucocitos con núcleos lobulados y con gránulos visibles al microscopio óptico en su citoplasma. Dentro de esta categoría encontramos:
  • Neutrófilos (Polimorfonucleados): son los granulocitos más abundantes. Presentan un núcleo multilobulado, dando en ocasiones la falsa impresión de tener varios núcleos (de ahí se segundo nombre, polimorfonucleado). Su función fundamental es fagocitar invasores marcados con anticuerpos.
  • Eosinófiolos (Acidófilos): son más escasos y sus granos se tiñen con colorantes ácidos. Presentan un núcleo generalmente bilobulado. También participan en la fagocitosis de invasores y en procesos inflamatorios.
  • Basófilos: sus granos se tiñen con colorantes básicos. Participan en fenómenos de inflamación y en procesos asociados con alergias, al liberar el contenido de sus granos.

Eosinófilo.
  • Agranulocitos.

No presentan gránulos visibles con microscopio óptico en el citoplasma. Hay dos grandes tipos de agranulocitos.
  • Monocitos: son los glóbulos blancos de mayor tamaño, con un núcleo de morfología arriñonada, tiene capacidad para salir de la sangre y transformarse en macrófagos de los tejidos conjuntivos. Su función es fagocitar cualquier elemento externo o desconocido y mostrarlo a los linfocitos, que se encargarán de fabricar anticuerpos y coordinar el ataque al invasor.
  • Linfocitos: reconocen los cuerpos extraños que han sido fagocitados por los monocitos y se activan, fabricando anticuerpos que facilitan la eliminación del invasor, marcándolo al resto de elementos defensivos. Los linfocitos se dividen en dos grandes líneas, las T, que maduran en el timo y los B, que maduran en el bazo. Los B son los principales encargados de fabricar anticuerpos. Los T son células básicamente de ataque, produciendo toxinas que eliminan a invasores o incluso a células propias del organismo que han sido invadidas por virus, o se han transformado en células tumorales.

Esquema básico de leucocitos.
Trombocitos.

Más conocidas como plaquetas, no son células en sentido estricto, sino trozos de células. Carecen de núcleo y tienen en su interior gránulos con sustancias que provocan la formación de trombos, además de proteínas contráctiles asociadas a su citoesqueleto, que facilitan el agrupamiento de unas células con otras, para formar trombos.
Células de la sangre.
Hematopoyesis.

La hematopoyesis es la fabricación de células de la sangre. Tiene lugar en la médula ósea, es decir, en la parte interna de los huesos, sobre todos de los huesos largos.

Las células madre de la médula ósea se diferencian en otros tipos de células que acaban dando lugar a los distintos tipos de células de la sangre. A estas células madre de la médula ósea se les denomina células madre pluripotenciales.

Pueden diferenciarse en células que den lugar a leucocitos, células que den lugar a eritrocitos o en megacarioblastos; los megacarioblastos se transforman en megacariocitos, cuya ruptura da lugar a los trombocitos.

La hematopoyesis es un proceso muy regulado, es muy importante que no sobren ni falten ningún tipo de célula sanguínea. Por ejemplo, la eritropoyesis se activa cuando hay niveles bajos de oxígeno, mediado por hormonas, sobre todo la eritropoyetina (la famosa Epo). La eritropoyesis también se estimula por hormonas sexuales masculinas y se inhibe por las hormonas sexuales femeninas.

Hemostasia.

La hemostasia es el proceso encargado de detener hemorragias, es decir, evitar extravasaciones o pérdidas masivas de sangre derivadas de alguna lesión que afecte al sistema circulatorio.

La primera reacción que tiene lugar si la lesión del vaso es seria es una contracción del músculo liso del vaso, denominada espasmo vascular y que está mediada por los receptores de dolor.

Posteriormente se formará un tapón de plaquetas, el trombo blanco. Se van uniendo unas plaquetas a otras y liberando sustancias de los granos. Estas sustancias inducen a la agregación de más plaquetas, que se fusionarán entre si. Las proteínas contráctiles del citoplasma de estas células hacen que el agregado se contraiga y se haga más compacto. De esta forma se impermeabiliza el vaso.

Y entonces comienza a fabricarse el trombo rojo, derivado de la solidificación de la sangre. Es decir, de la coagulación. Es una reacción en cascada, en la que unos reactivos van actuando sobre otros y que finalizará cuando el fibrinógeno se transforme en la fibrina, haciéndose una proteína fibrilar insoluble.

Hay dos vías de coagulación. Por un lado la extrínseca, que es rápida y tiene lugar en casos de grandes lesiones. La desencadenan proteínas de los tejidos cuando existen traumatismos. Y por otro lado la intrínseca, más compleja y lenta, cuyos componentes coagulantes están dentro de la sangre y que se desencadena cuando las células endoteliales, que recubren por la cara interna los vasos sanguíneos, detectan lesiones.

Cuando la lesión ha cicatrizado, debe retirarse el trombo y la red de fibrina formada. Para ello actuará la fibrinolisis, mediada por proteínas enzimáticas que rompen la fibrina.

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